Familiares
de las 51 víctimas fatales del tren que chocó en las estación de Once
el 22 de febrero se reunieron en esa terminal ferroviaria para recordar a
sus muertos y exigir justicia.
Más
de cien personas, con remeras que llevaban estampados los rostros de
sus familiares fallecidos, repartieron crespones negros frente a los
molinetes de acceso a los andenes y colocaron macetas con corazones que
llevaban escritos los nombres de cada una de las víctimas.
Los
familiares se organizaron en grupos y este domingo por la tarde
repartirán cintas negras en las formaciones del ferrocarril Sarmiento,
en la estación de Once, en la Plaza de Mayo, en el Obelisco, en la plaza
Dorrego y el Planetario porteño.
Paolo Menghini, papá de Lucas
Menghini Rey, el chico de 20 años cuyo cuerpo permaneció en una cabina
por más de 60 horas, dijo a Télam que "estas cintas negras son un
símbolo de luto universal, del nuestro y del de toda la sociedad que nos
acompaña desde el primer día".
"Esta tragedia se llevó 52 vidas
(incluyendo la bebé de una víctima que estaba embarazada) y tuvo 700
heridos. Por eso nosotros estamos en la lucha para que los responsables
de lo que pasó paguen, y creo que esa es una lucha de todos, y por eso
nos acercamos a la sociedad para que comparta con nosotros este día de
luto", afirmó Menghini.
El papá de Lucas sostuvo que "nosotros
pagamos con la vida de un hijo de 20 años que tenía toda la vida por
delante; 50 familias más están destrozadas y la sociedad está herida
eternamente por lo que pasó, así que esto tiene que ser el primer paso
del cambio".
Anticipó que presentarán propuestas referidas a
procedimiento de emergencias y reconocimiento de cadáveres por
accidentes, ya que lo que vivieron "fue tremendo". "Queremos que este
dolor se transforme en amor, trabajo y solidaridad", dijo.
El
accidente ocurrió el 22 de febrero pasado cuando un tren de la línea
Sarmiento, concesionada a la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA), que
circulaba desde la estación Moreno no alcanzó a frenar al llegar a la
estación terminal de Once e impactó -a unos 20 kilómetros por hora-
contra los paragolpes de contención.