El revuelo que causó Cristina Kichner a su paso el jueves por la
Kennedy School de la Universidad de Havard seguía en llamas ayer entre
la comunidad de argentinos que viven en Boston y también en Buenos
Aires, donde kirchneristas y antikirchneristas se trenzaron en furiosas
batallas a través de las redes sociales.
El disgusto de la Presidente con su disertación en Harvard quedó demostrado con su faltazo al cóctel que le tenían preparado
tras su paso por el Forum, en el que los alumnos le preguntaron sobre
temas comprometidos de los que no suele hablar en la Argentina como
restricciones al uso del dólar, falta de autocrítica, libertad de prensa
y aumento de su patrimonio, al igual que lo hicieron los estudiantes de
la universidad de Georgetown, Washington, el miércoles.
El foro
online de la Universidad, donde comenzó un debate de comentarios muy
negativos sobre la mandataria, su gestión, la Argentina y Harvard por
invitarla, y que Clarín publicó a principios de semana, había
pasado de 100 a casi 1.000 escritos. Ello en sólo cinco días. Además, en
diálogo de este diario con los estudiantes en Boston que asistieron al
“Forum” -en el recinto caben hasta 700- Cristina dejó “una muy mala” impresión
. Y si había opiniones adversas hacia la mandataria, estas se
reforzaron. Lo mismo señaló el diario de Harvard. Un alumno sanjuanino
que preguntó, salió llorando.
Otro indignado aseguró que desconocidos lo filmaban con un celular.
Nicolás
Grosman es uno de los más activos argentinos de la Kennedy en Twitter.
Ayer, contó que todos los presidentes que van a Harvard se “someten a
las mismas preguntas” y que de hecho los argentinos la recibieron con
menor antipatía que en su momento los chilenos a Sebastián Piñera. El
mandatario transandino debió afrontar protestas callejeras. Cristina
tuvo un puñado de caceroleros que aparecieron y desaparecieron. Grosman
asegura que “la única que se enojó fue Cristina”, que según supo este diario también fue tratada del mismo modo quirúrgico que sus colegas.
Cristina
sugirió varias veces que las preguntas que le hacían eran inducidas por
alguien. Por eso insistía con lo de los papelitos. “Te vi leer la
pregunta seguramente no tenés memoria para recordar”, le dijo a un chico
de Venezuela que le había preguntado por la libertad de expresión en la
Argentina.
El papelito es una regla , dijeron los
estudiantes, porque siempre “ayuda” en situaciones de tensión como para
ellos es entrevistar a un presidente. Ayer, en Facebook y Twitter,
partidarios del gobierno buscaron demonizar la figura del joven Juan
Maquieyra, que militaba para el PRO.
Consultada por este diario,
la oficina de prensa de Harvard insistió con que a todos los mandatarios
se los trata bajo el mismo formato de “preguntas sin filtro” y
no “arregladas de antemano”. Dijeron no tener opinión sobre la
disertación de Cristina porque lo que hacen es fomentar “un compromiso
entre los estudiantes y las voces de los líderes mundiales”. Cristina no
pudo ayer con su genio y, en Twitter, agradeció a la Universidad.
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