domingo, 10 de febrero de 2013

Debutó el Turismo Carretera con victoria de Chevrolet

El piloto Agustín Canapino, con Chevrolet, ganó hoy de punta a punta la primera carrera de la temporada 2013 de Turismo Carretera, que se corrió en el autódromo "Rubén Luis Di Palma" del balneario bonaerense de Mar de Ajó.
Detrás del ganador, completaron el podio los Ford de Mauro Giallombardo, actual campeón de la categoría, y Diego Aventín.
Completaron los diez primeros Matías Rossi (Chevrolet), Juan Manuel Silva (Ford), Christian Ledesma (Chevrolet), Mariano Werner (Ford), Juan Bautista De Benedictis (Ford), Norberto Fontana (Torino) y Sergio Alaux (Chevrolet).

La competencia, que se disputó a 25 giros fue presenciada por unas 25 mil personas que vieron ganar al piloto arrecifeño por segunda vez en el trazado costero.
Previo a la final se corrieron las tres series las cuales fueron ganadas por: Rossi (Chevrolet), Canapino (Chevrolet) y Aventín (Ford).
La final se largó de forma normal pero el espectáculo comenzó a desarrollarse, a partir, del quinto giro cuando José María López, que debutaba con un Dodge, se vio envuelto con varios autos y que en definitiva le hizo realizar su salida pronta de la carrera.  Allí la final fue levantando temperatura en la lucha por la punta y en los demás puestos.


En la sexta vuelta, Canapino aguantó la embestida de Aventín, que lo tocó levemente en una curva, y fue ahí que aprovechó Giallombardo para superar al "Pumita". Un giro más tarde, se produjo el "zarpazo" de Canapino que, en una excelente maniobra, superó a Rossi, y luego los Ford de Giallombardo y Aventín dieron cuenta del Chevrolet del piloto de Del Viso.
Tras ponerse a la “cola” del auto de Canapino en la ronda 14, Giallombardo perdió rendimiento en su auto y se quedó expectante hasta el final, en una competencia que llamó la atención por el pobre rendimiento del Chevrolet de séxtuple campeón Guillermo Ortelli.
Así, el campeón de la categoría, que ganó el título en 2010 como el piloto más joven de la historia del TC, se alzó con un triunfo brillante, apoyado por la atención en el auto de su padre, Alberto, y la motorización de Johnny Laboritto.

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