Le ganó 2-0 a Almirante Brown en el Monumental con goles de Trezeguet y se consagró campeón de la B Nacional. Con su victoria, alcanzó el ascenso sin depender de otros resultados. Y volverá a jugar en Primera desde la próxima temporada.
Para ponerle punto final a semejante angustia, había que ganar. No cabía otro resultado para
conseguir el ansiado ascenso. Sin embargo, poco de lo que
planificó el técnico de River se observó en los primeros minutos en el
Monumental.
Porque la presión también jugó su papel, y a
River le costó mucho hacer pie ante el ordenado Almirante Brown de Blas
Giunta. Entonces el partido fue puro nervio. Con un Domínguez
comprometido como conductor, pero sin ideas claras. Pero para colmo de
males llegó el gol de Quilmescon lo que el murmullo en el Monumental fue
total. Tras un flojo primer tiempo, los de Almeyda hicieron poco y nada para
sumar esos tres puntos que lo depositan en la Primera División. River
se fue a los vestuarios con una mochila pesada.
Y regresó con
aires renovados. Porque entraron los juveniles Ocampos y Funes Mori por César González y Cavenaghi, respectivamente. El equipo ganó en frescura,
y por primera vez en el partido, River armó una jugada colectiva que
culminó con un disparo de Ponzio que Monasterio contuvo abajo. A los 4, llegó el gol del desahogo y la ilusión.
Largo pase para Trezeguet, que se la pasó de cabeza a Funes Mori (en clara posición adelantada), se la devolvió al francoargentino, que
clavó una volea cruzada para romper el cero. El gol, sin dudas, le aportó tranquilidad al equipo de Almeyda.
Entonces llegaron los goles de Ferro ante Instituto y River jugó a
aguantar, a que corriera el reloj. Lo pudo liquidar a los 38, cuando
Trezeguet desperdició un penal, pero el delantero que
llegó a River para lograr el ascenso tuvo su revancha. Cuando el partido
se moría y los hinchas festejaban el campeonato, Trezeguet tocó de
derecha tras una habilitación de Funes Mori y le puso fin a la pesadilla que duró 363 días.
Cuando Toia pitó el final, Almeyda explotó y descargó tanta angustia controlada. Porque su River fue campeón y llegó a Primera.
Pero también Quilmes festejó en la tarde soñada
Era el ascenso menos esperado. Era el equipo que venía de atrás y el que menos chances tenía. Sin embargo, lejos de su casa, Quilmes consiguió el ascenso a
Primera. Le ganó 2-0 a
Guillermo Brown en Puerto Madryn y acompañará a River en la vuelta a la
división más importante del fútbol argentino. Instituto, que había
llegado líder junto al club de Núñez, y Rosario Central perdieron y
deberán luchar en la Promoción contra dos equipos de la A para ver si
consiguen el ansiado ascenso.
Habían pasado 15 minutos y
no había novedad en casi ninguna cancha. Casi porque a los tres minutos
le habían anulado un gol a Matías Lequi para Central ante Desamparados
en San Juan. Todos los partidos por el ascenso seguían 0-0 hasta que a
los 17 minutos y en Puerto Madryn, Quilmes se puso en ventaja sobre un
alternativo Guillermo Brown, que guardó a sus titulares para el partido
de ida de la Promoción. ¿Quién apareció? El delantero Martín Cauteruccio
para anotar el 1-0 y, cinco minutos después, para aumentar la ventaja. Con experiencia y
seguridad, manejó lo que le quedó a la primera etapa y se fue al
descanso con una ventaja tranquilizadora, sobre todo por los otros
resultados.
El segundo tiempo estuvo de más. Quilmes
tenía absolutamente controlado el partido y el local que siempre tubo la cabeza metida en la Promoción por no
descender, los titulares tuvieron descanso a la espera del choque de ida
contra Crucero del Norte de Misiones. El Cervecero, que llegó a su
octavo partido sin perder, en una recta final impresionante,
pudo festejar, aunque con la invasión de los hinchas que llegaron hasta
Puerto Madryn y no querían perderse ese momento histórico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario