jueves, 2 de agosto de 2012

Los remeros no llegaron a las medallas pero hicieron un trabajo extraordinario

Los argentinos esperaban con ansías que el reloj marcara las 7.50 (hora de nuestro país) para poder hacer historia en el remo. El doble par conformado por Ariel Suárez y Cristian Rosso, medallistas de oro en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 y que clasificaron a esta final tras quedarse con el mejor tiempo de la semifianles nos daba una chance para soñar con una medalla. Finalmente, aunque en los primeros 1.000 metros estuvieron segundos, terminaron cuartos, en una gran actuación, por detrá de Nueva Zelanda, Italia y Eslovenia, los medallistas en estos Juegos Olímpicos.
Previo a esta definición, la argentina Lucía Palermo, en las semifinales del single sculls femenino, también logró la cuarta posición en su seria (con un tiempo de 8:09.85), que la decretó a participar en la Final D. Un resultado así sufrido como el single sculls masculino, Santiago Fernández, que terminó cuarto en la serie sin chances de medallas.
Como para hacer más especial el momento, minutos antes de final, el cielo se tornó amenazante con unas nubes negras y una lluvia cada vez más intensa. Mientras, Rosso y Suárez entraban en calor en la pista que está paralela a la principal. No era esta la primera ni sería la última vez que tuvieran que remar en estas condiciones. En Tigre, en Mar del Plata o en cualquier otro lugar del mundo pasaron por situaciones de mal clima y aún así siguieron adelante.
A la hora señalada, la lluvia paró. A las 7:48 -hora local- Suárez y Rosso se ubicaron en la línea 4, una de las centrales, para recorrer los 2.000 metros. Puntualmente, a las 7.50, comenzó la acción. En los primeros 500 metros, aparecieron en el cuarto lugar, detrás de los eslovenos, británicos y lituanos, muy cerquita de estos últimos pero luego comenzaron a avanzar cada vez más velozmente y así llegaron a la mitad de la carrera en el segundo lugar, por detrás de los líderes absolutos, los eslovenos. 
A la llegada de los 1.500 metros, los que mejoraron fueros los italianos, en el último carril, para pasar al frente. Argentina, en tanto, pasó en tercer lugar en una lucha peleadísima. Para el final quedó toda la emoción. Lucharon hasta que terminó y aunque no alcanzó para subir al podio, fue una gran actuación de los argentinos, que venían con la ilusión de entrar a una final y se llevaron el diploma olímpico y un recuerdo inolvidable de haber estado cerquita del bronce. 
La participación de los argentinos en la final olímpica es histórica ya que desde 1.952 que un bote nacional conjunto no disputa una, cuando Tranquilo Capozzo y Eduardo Guerrero ganaron la medalla de oro en Helsinski, Finlandia.


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